domingo, marzo 19, 2006

Ruta de bares

Últimamente, y tras darme cuenta que practicamente sólo frecuento unos cuatro bares después de tantos meses, he estado de ruta por diversos bares, todos ellos muy interesantes, y dado que a pesar de ser un diario personal espero que también sirva de ayuda a los que se piensen pasar por aquí, que mejor que un listado de los bares recomendados.

1. Corner bar: Límite de edad - 20 años. Cuenta con Hevikaraoke los jueves, viernes y domingos, aunque no es para principiantes precisamente; los que cantan son habituales y lo hacen muy bien. De hecho se puede ver a cantantes de bandas conocidas, como Petri Lindroos, cantante de Ensiferum y Norther. La bebida es de las más baratas y la música es exclusivamente rock y heavy. Puedo decir que este es el 3º sitio donde más tiempo he estado estos meses después de mi casa y la universidad. C/ Hietaniemenkatu 2

2. Loose bar: Límite de edad - creo que 22, pero es un bar donde no hay portero, por lo que nadie va a comprobar tu edad al entrar. Si lo tuyo es el rock, este es tu bar. Rock'N'Roll all night long. Uno de mis preferidos, especialmente ultimamente que tienen Hellacopters cada dos por tres. C/ Fredrikinkatu 34

3. Praha: Límite de edad - Todavía no lo tengo muy claro. Creo que son 20 menos el sábado y domingo que es más pero no sé cuanto. Es un pub muy agradable, aunque suele estar lleno. Está situado en frente de la estación de tren.

4. On the Rocks: Edad - 23 años. Tiene un bar pequño en la entrada y por lo visto, un enorme en el piso de abajo, pero para ir abajo hay que pagar entrada, ya que habitualmente hay alguna actuación. C/ Mikonkatu 15

5. Big Time: Edad - No hay. Bar cerca de la estación de tren. Tiene pinta de bar de viejales, pero la música es impresionante. Sólo he estado una vez, y durante las dos horas me gustaron todas las canciones, rock y heavy.

6. Night Life Rock: Edad - 20 años. Este está en Kallio, no en el centro como el resto. A veces hay actuaciones. Un bar oscuro con música bastante más tirando a heavy metal que el resto. C/ Helsinginkatu 25

7. Hevimesta: Edad - 20 años. Club al lado de la catedral blanca. Cuenta también con hevikaraoke, aunque este para amateurs. Hay que bajar uns escaleras y está distribuido como una cueva y cuenta con pista de baile y pantallas de televisión por todo el local por lo que se puede ver que está sucediendo en el resto del club. Rock y heavy, aunque la vez que yo e estado excepcionalmente gótico. C/ Hallituskatu 3

10. Rock Stage: Edad - No hay. Lo que cualquiera puede esperar de un bar como Dios manda: poca luz, música rock y heavy a un volumen que permita hablar y un camarero simpático y de buen ver :-) C/ Iso Roobertinkatu (ni idea del número)

9. Base bar: Edad - No lo sé, supongo que 20; no suele haber nadie controlando la entrada. La gente que lo frecuenta es de lo más variada. Desde punks estilo misfits a gente de traje. Buena música y sitio agradable. Cerca del Stockmann.

10. El de al lado del Base bar :-) Este como anécdota. El bar más claustrofóbico que he visto en mi vida. Justo al lado del Base bar, hay que fijarse dos veces para no pasarse. Practicamente hay que sentarse de lado y saltar al menos a tres personas para salir.

Y como guía general, la zona de Kallio cuenta, entre otros, con los bares más cutres y mugrientos, con buena música, para los que hechen de menos España ;-) (he desarollado la teoría de que la música de un bar es mejor cuanto más difícil resulta despegar los pies del suelo al caminar: a mayor esfuerzo, música más rockera, al menos en España, dado que aquí suelen estar bien limpios).

No os engañeís, si venís a Helsinki, la visita turística debería incluir al menos un par de estos bares.

Consejo: No dejeís de ir a un bar porque no llegaís a la edad límite. Lo importante es intentarlo, en muchos sitios ni te mirarán dos veces para dejarte pasar. Lo peor que te puede pasar es que no te dejen entrar; por intentarlo que no quede.

Escapada a Estocolmo

Con decisión de última hora, el fin de semana del 3 al 5 de marzo fuí con dos amigas a Estocolmo. Un destino muy interesante, y dispuestas a aprovechar lo máximo posible.

El recorrido completo fue algo así:
Viernes
18:00 Coger tren Helsinki - Turku (2hrs.)
20.00 Coger el barco Turku - Estocolmo (10 hrs. y media)

Sábado
07.00 Llegada a Estocolmo (visita a la ciudad)
20.00 Coger el barco Estocolmo - Turku (10 hrs. y media)

Domingo
07.00 Llegada a Turku (visita a la ciudad)
12.00 Coger tren Turku - Helsinki (2 hrs.)

Fue un viaje muy entretenido y lo pase muy bien con Inés y Esmira. Decir que el viaje de ida, como era de esperar en estos barcos, la gente iba bastante borracha. Debido al régimen económico de las islas Aland (a mitad de camino entre Suecia y Finlandia, pertenecientes a esta última) donde el barco para una media hora, todo está libre de impuestos en el barco, siendo los productos estrella el tabaco y el alcohol. Aún así, no era un caos de barco como muchas veces se suele escuchar.

Nuestro camarote, que era muy agradable, estaba por debajo del infierno, ocupando la base del barco, dos pisos por debajo de los coches. Para mi alegría y regocijo infinito, el barco apenas parecía moverse, lo cual es una maravilla vista mi tendencia a vomitar en cualquier tipo de transporte. Dado que el motivo principal de nuestro viaje era visitar Estcolmo, no beber en el barco, después de visitarlo nos fuimos a dormir ya que nos esperaba un largo día. La ánecdota fue el periplo para encontrar un abrebotellas para abrir una botellas que habíamos comprado que no había forma de abrir o un cuchillo con el que cortar una especia de salchichón que nos agenciamos. Todo un periplo, pero que al final conseguimos.

El camarote era para cuatro personas, y aunque no tuviera apenas espacio libre para moverse era muy cómodo, unas camas muy agardables y la ducha más diminuta que he visto en mi vida.

Una vez en Estocolmo, y tras decidir andar desde el puerto hasta el centro, estuvimos visitando la ciudad todo el día. Todo el mundo comenta que la ciudad es mucho más bonita que Helsinki, pero a pesar de ser muy bonita, yo sigo prefiriendo Helsinki. El hecho de conocer la ciudad y el que estuviera nevando TODO el día que estuvimos allí probablemente me han influenciado bastante.

Tras la visita pertinente al palacio real con el cambio de la guardia (la cosa más graciosa que he visto en mi vida, con el frío que hacía...), el caso antiguo y alguna iglesia, estuvimos visitando el centro donde encontramos una tienda muy interesante donde pude comprar tres camisetas de bandas punk por 99:- cada una (":-" este es el símbolo de la corona sueca, ¿gracioso, no?) unos 9€ , yo ya me dí por satisfecha con la visita.

Lo que más me llamó la atención en comparación con Helsinki es que hay muchos más coches, se siente más frío a la misma temperatura y no limpian la nieve de las calles, cosa que yo ya daba como algo obvio, pero que parece que no lo es tanto.

No mucho más se puede hacer, vimos un montón de tiendas y recorrimos todo el centro cercano a la estación de tren. El viaje de vuelta en barco, practicamente igual, con la diferencia de que esta vez se oía perfectamente, como un ruido sordo de fondo como ibamos rompiendo el hielo, sonido que sonaba por encima de nuestras cabezas... lo cual no ayudaba a conciliar mucho el sueño, pero aún así bien.

Intentamos ver Turku, pero dado que era un domingo a las 7 de la mañana en una ciudad, que a pesar de ser la 2ª ó 3ª con mayor población, no es decir mucho en Finlandia, no había mucho que ver; aún así, es una ciudad que a mí me gustó mucho, con sus puentes y su río congelado. Después de un par de horas viendo la ciudad cogimos el tren de vuelta donde pudimos dormir a nuestras anchas ya que íbamos solas en el vagón.

Interesante de ver, pero definitivamente, no merece la pena pasar 4 horas en un tren y 23 en un barco para tener apenas 12 horas para visitar Estocolmo. Una ciudad muy interesante de la que probablemente me habría enamorado (como Helsinki) si puediera haber pasado allí la noche conociendo los bares de rock con los que cuentan.

Experiencia a recordar: Dos españolas y una rusa-azebajana charlando animadamente un sábado a las 7.30 de la mañana en un cafetería en la estación de tren de Estocolmo sobre los rasgos parecidos entre la situación que se vive siendo azerbajano en Moscú y la situación en el País Vasco, mientras desayunamos un chocolate caliente y una magdalena de naranja, que a pesar de saber a gloria tras la caminata desde el puerto, me han costado un ojo y medio de la cara.