domingo, febrero 19, 2006

Hanoi Rocks

El otro concierto al que he ido ultimamente fue este viernes a ver a Hanoi Rocks. El concierto, para variar, no era en Tavastia, sino en Nosturi (que significa grúa). Así que tras intercambio varios de e-mails con Inés sobre cuando y como ir al concierto, al final allí que llegamos hacia las 23 de la noche.

Primera sorpresa ¡menuda cola para entrar! Lo que nos faltaba, rezando para que no empezara el concierto sin nosotras nos pusimos a la cola; asombra a veces pensar en la cultura de esta gente, tan diferente. Todos esperando en una cola perfecta, en línea recta, sin gritos ni empujones, esperando para entrar, sin rechistar, a -13ºC y a 15 metros de la orilla del mar, con la consiguiente brisa. Al menos la cosa fue rapidita y no esperamos más de 15 minutos. Eso sí, los suficientes para ver como se unía a la cola el guitarrista de Naked, y para ver llegar a Andy McCoy, guitarrista de Hanoi, con su mujer y pasar a escasos 4 metros de donde estabamos. Otra vez asombrada. Una leyenda como McCoy atravesando la cola de gente que esperabamos para entrar, y lo único que hubo fueron saludos, murmullos y leves risas cuando patinó en el hielo y casi se cae. Esto en cualquier otro sitio le habría costado media cabellera, empujones, gritos, y la ayuda de un par de gorilas de seguridad. Aunque bueno, lo mismo aquí están aburridos de verle.

Tras pagar 1,5€ por dejar las chaquetas, donde mientras esperabamos volvimos a coincidir con casi todo el grupo de Naked, cuyo cantante nos echó una mirada de odio de impresión cuando evitamos que se nos colará (ya le he pillao manía, lo siento chaval), nos fuimos para el escenario, para lo que hay que subir dos pisos.

El Nosturi es un nave industrial remodelada, entras directamente a la zona de los abrigos, dos pisos más arriba está el escenario y en el de encima, otro piso desde el que ver el concierto. Decidimos quedarnos a pie del escenario ya que esta vez no parecía que fuera a haber problemas de empujones o peleas; dado que era un concierto sin límite de edad; esto es, que pueden ir menores de 18 años, que no pueden ir a casi ningún concierto por estar limitados a mayores de edad.

Segunda sorpresa de la noche, ¡hemos vuelto a encontrar a los glammers/ochenteros! Inés y yo nos tiramos todo agosto tomando el sol y echando la siesta en el parque al lado del Museo de arte contemporáneo (Kiasma) donde hacia las 4.30 de la tarde se junataban un montón de adolescentes y jóvenes para beber, pero TODOS vistiendo al estilo angelino de los 80, tipo Poison, GunsNRoses o Hanoi Rocks. La cuestión es que con la llegada del frío, desparecieron completamente. Pensabamos que se habían reconvertido a góticos durante el invierno, pero aquí estaban de vuelta.

A pesar de lo raro de la situación, la vista del escenario era increíble, dado que estabamos rodeadas por niños y niñas de 13-15 años no muy altos, incluso teníamos un chaval de unos 8 años detrás nuestro. En un momento del concierto me rodearon 6 chicas de uno 13-14 años que me llegaban a la altura del pecho, sin exagerar. Desde lejos parecía que estaba sola en un círculo.

El conierto en sí fue BRUTAL, me encantó. En el tiempo que llevo aquí he descubierto al grupo y me he enamorado de ellos, pero sobretodo de su material de los 80 (tocaron del 80 al 84 y han vuelto con dos miembros originales en 2003); y no sólo tocaron canciones de su último disco, sino también bastantes de sus primeros discos. Las canciones fueron más o menos estas:

Back in yer face, Malibu beach nightmare, Highschool, Better High, You make the earth move, Bad news, 11th street kids, Day late dollar short, I can't get it, Cheyenne/Don't you ever leave me, Peopl like me, Obscured, Delirious, Love, Tragedy, Up around the bend; y las mejores, que tocaron tras regresar al escenario: Boulevard of broken dreams, Motorvatin' y Oriental beat.

En total, un poco más de dos horas de concierto. La banda en forma, Michael (cantante) no paró ni un sólo momento en el escenario, y se nota que tienen muy buena química entre los tres nuevos en la banda y los dos antiguos. Disfruté mucho del concierto, aunque no tengo fotos ya que en el último momento decidí dejar todas las cosas en el ropero para no tener que cargar con ellas, y bien que hice porque con las luces que tenían no se habría visto bien ninguna foto.