miércoles, febrero 15, 2006

Communication Breakdown II: El retorno de Marillis

Prometí que si había novedades con mi compañera más desagradable las comentaría. Pues bien, las ha habido, ¡Y CÓMO! (aunque lleva ya un tiempo sucediendo, pero siempre se me olvida comentarlo).

Para empezar, lo más importante: A cambiado de comida. Se acabó la pasta con embutido (aguanto ¡¡3 meses y medio!!); que alegría y regocijo no despertsrse con ese olor a fritanga, ¿verdad? ... si ya dicen que más vale bueno conocido... Lo ha cambiado por ¡BARRITAS DE PESCADO PARA DESAYUNAR! la madre que la trajo...vale, puede que su horario de comida sea más temprano que el de Raquel (portuguesa) y mío (vamos, ella come hacia las 11:30, que es cuando Raquel y yo desayunamos los fines de semana), pero es que es despertarse y abrir la puerta pensando en tus cereales con cola-cao, tostadas... y entonces te golpea ese olor rancio a fritanga de pescado, que lo único que te da tiempo es a un amago de arcada y cerrar la puerta, posponiendo toda comida hasta la hora de la comida.

Pero bien, todo lo que llega se va, y esta etapa de pescado para desayunar también se acabó, y esta vez para mejor. Ahora come verduras, salchichas sin cocer, ensaladas y su nuevo plato estrella: arroz con piña. Al principio, ni que decir causó sensación en el piso: no sólo cambiaba la pasta por arroz (un gran paso para ella, estamos seguras) sino que encima introduce un alimento exótico como la piña ¡que barabaridad! Claro, que todo se fue al traste cuando nos dimos cuenta de que volvía a ser su casi exclusivo conocimiento gastronómico, que encima, para jorobarnos, ahora guarda en el frigorífico, y como hace arroz con piña para toda la semana pues ocupa una balda ella solita. En fin, todo sea por el bienestar de la chica, no se nos muera de hambre (¿a alguien se le ocurre cocer medio kilo de arroz para una sola persona?).

Pero bueno, no todo se reduce a la alimentación. Como resumens, NO ha tirado más que una vez la basura entre septiembre y ...hoy. Y encima tiene las narices de decirnos que justo el otro día la tiró (cuando sabemos perfectamente que es mentira). Sin ir más lejos, su caja de cereales de 2x2 (es que por lo visto, le debe asustar quedarse algún día sin comer) estuvo aparacada al lado de la puerta TODO el semestre porque nos negamos a tirarla para ver si lo hacía ella. Bien, cuando llegué de vuelta el 15 de enero aún estaba ahí. Puta guarra de las narices. Aunque eso sí, cierto es que fue ella la que al final decidió organizar la limpieza este semestre (dado que hemos cambiado a dos compañeras de piso y tampoco queríamos imponer nuestras normas).

Y respecto a su actitud, al principio de enero creía que había cambiado sinceramente, se relacionaba más con nosotras, con las nuevas... hasta se unió a una cena que hicimos con los vecinos. Pero nada, sigue actuando creer que se ha dado cuenta que necesita apoyo en casa, por lo que si se relaciona más con las nuevas. Sólo espero el momento en que tenga que pedirme algo, o una nueva pelea, la verdad es que ahora lo pienso, y lo estoy deseando; y me da que a Raquel tampoco le faltan ganas.

Veremos como evoluciona.