domingo, octubre 09, 2005

Día de reencuentros

Ayer fue un buen día. A parte de tener que quedarme en casa para estudiar derecho constitucional finlandés, dos amigas que hicieron el curso de finés en agosto y ahora viven en otras ciudades, vinieron a Helsinki.
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Como cada dos o tres fines de semana, Doreen se dejó caer por aquí, ya que viene una amiga suya de alemania y quiere enseñarle la ciudad y de paso, visitar Tallin. A pesar de que, como digo, Doreen está por aquí a menudo, siempre es una alegría verla, porque me cae muy bien y es muy simpática, además, está vez nos ha traído a Inés y a mí un kebab desde Kajaani (donde vive) ya que la última vez que vino nos estuvo diciendo que lo que aquí venden por kebabs es un timo, ¡y que razón tiene! En Helsinki te cobran unos 5 o 6 € por un kebab, que de kebab tiene el nombre, y lo sirven en pan de hamburguesa, un desastre. Bueno, pues nos ha traído un kebab del tamaño de mi brazo, el doble de ancho que los de aquí, enrollado, como Dios manda, y que sólo le costó 4 €. Y estaba buenísimo, de hecho, no pudimos ni acabarlo entre las dos.
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Además, ayer también estuve un rato con Chara, mi compañera de piso en Agosto, a la que echaba de menos, ya que vanía para coger un barco a Estocolmo. Estuve con ella y con Sofía, y también estuvieron Serena, István y Matthias. Estuvimos charlando un rato en un barco restaurante que había anclado en el puerto. Nos estuvieron contando sus aventuras, porque a estas dos siempre les pasa algo. Fue un rato muy agradable, riendo en la cubierta del barco en un día soleado, a pesar de que no hacía mucho calor. La verdad es que es increíble lo que une vivir con alguien. Sólo estuve viviendo un mes con Chara y la echo mucho de menos. No sé que será de mí cuando tenga que despedirme de Dasa y Giedré en Diciembre, o de Raquel y Mariliis en Mayo, además de las dos nuvas compañeras que vengan en Enero.