Communication Breakdown

Vete tú a saber como hemos llegado a este punto, pero Mariliis, la silenciosa compañera de piso número 3, ya no nos dirije la palabra.

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La cosa ya se veía venir desde hace un tiempo, aunque no es que no lo hallamos intentado evitar. Desde que llegué (puesto que, aunque parezca mentira, llegué la última, otra vez, porque el fin de semana que llegaron, yo estaba en Tallin), las otras tres se llevaban muy bien, pero Mariliis siempre parecía un poco apartada, y en cierto modo, porque ella lo quería así.

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Nunca se relacionaba en exceso con el resto, no compartía ningún anecdota con nosotras, o si estabamos todas en la cocina, en una reunión espóntanea, nunca se unía a nosotras; vale que puede que tampoco la llamaramos, pero es que tiene una actitud que nos impide la comunicación.

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Cuando estamos en casa, todas tenemos la puerta abierta, menos ella, que la tiene cerrada; no come en la cocina, sino en su cuarto, y no usa los cacharros de cocina comunes, sino los suyos propios que nada más lavar, guarda en su armario (sartenes, cazuelas, vasos, platos, cubiertos...), incluso tiene su propio trapo de cocina.

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Y lo más extraño de todo. Come macarrones con huevo cocido y una especie de embutido. Pero eso no es lo raro, lo raro es que lo lleva comiendo, TODOS los días desde que llegó hace más de un mes, con la única salvedad de alguna que otra pizza.

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A raíz de esto, cuando nos reuníamos el resto, cambiabamos impresiones -sí, cotilleo puro y duro- sobre que pasaba con ella, y calro, cada vez era más descarado, hasta que esta semana, creyendo ingenuamente, que tras 7 horas sin dar señales de vida, no estaría en casa, dos de mis compañeras la estuvieron criticando en la cocina, siendo que Marillis estaba en su cuarto, y obviamente las oyó.

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El otro día en la fiesta parecía mucho más relajada y amigable, hablaba con nosotras y tal, vamos que la cosa parecía que mejoraba, y ayer Lunes, todavía hablaba algo conmigo. Pero por lo visto estaba borracha, y ayer todavía le duraba.

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No dice hola, ni adiós, ni dice si se marcha, no habla con el resto, si le preguntas algo contesta con monosílabos... ¿pero que le pasará a esta chica?

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Al principio pensé que era tímida, pero no es eso, que va. Lo que es es una tía super rara. Pensandolo bien, solo me ha hablado para pedirme usar mi ordenador porque ella no tenía, a lo que nunca le he puesto pega, y para rematarlo, después de volver de unas vacaciones en su casa, sin siquiera decirme hola después de 10 días fuera, y encima habiendonos avisado de que volvía cuatro días antes de que lo hiciera (por lo que la llamamos para ver si estaba bien, y su respuesta no fue muy agradable) se presenta en mi cuarto pidiendome ayuda para poder acceder a internet desde su ordenador, a lo cual también me presté (si es que soy un cacho pan, lo dice ahora y le escuajeringo el portatil).

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Como lo único que le faltaba era el cable, le ofrecí el mío, y hasta se lo conecté (no se vaya a esforzar) en lo que tardaba en poner la lavadora con Inés, pero como Inés necesitaba mirar el correo, le pedimos que le dejara un minuto en vez de volver a poner el cable en mi ordenador y luego llevarselo de nuevo a Mariliis.

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Bueno, pues en estas que le ofrece a Inés una manzana (ya que se había traído por lo menos 4 kilos del jardín de su casa), y NO me ofrece a mí. ¡Es que hay que joderse! Se la ofrece a Inés que es la que le está quitando tiempo de internet, y no a mí que soy la que:

1) Le ha dejado internet cuando no tenía ordenador (y Raquel ya le había dado puertadel suyo).

2) Le ha ayudado a encontrar el problema con su instalación.

3) Le ha dejado el cable de conexión y se lo ha instalado.

4) Y encima, Daza le dió uno que tenía de sobra en su cuarto, por el que no le ha dado ni las gracias.

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¡Y va y le ofrece la manzana a Inés en mis narices!¡Así se te atraganten todas! Joder, es que no hay quien entienda a esta chica; ahora, que yo, como ya le he dicho al resto, no voy a parar de hablarle, que fijo que al fin y al cabo, es lo que más le molesta. A estas alturas soy la única que habla con ella, aunque a lo nuestro tampoco se le puede llamar hablar, más bien es un monologo pausado.

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Y a todo esto, como en un mes siga comiendo lo mismo todos los días, yo no me quedo con la duda y se lo pregunto, pero si es que tiene que saber cocinar algo más, ¡por Dios! Si hasta mi tortuga come más variado.